Cuando una organización se encuentra bien constituida, no debe cejar sus esfuerzos por dar capacitación a sus empleados de la mejor forma posible. Después de todo, ellos constituyen el andamio principal que permitirá a la empresa crecer y mantenerse en una posición competitiva; sin embargo, no resulta tan fácil poner una estrategia de este tipo en marcha.
Las experiencias memorables nunca se olvidan, sobre todo, aquellas que tienen como ingrediente principal a la emoción. Por ello, en todos los cursos en línea, no deben faltar la incorporación de elementos como la interacción, el audio o la narrativa, que impulsen al usuario a asimilar con mayor facilidad el contenido.
Para desarrollar un curso con este tipo de características, se requiere un diseño pedagógico eficiente. Godwin (2018) propone algunas consideraciones especiales al respecto, mismas que enunciaremos a continuación.
“Una imagen dice más que mil palabras”; reza un antiguo proverbio chino que evidencia una gran verdad. A través de los gestos, las miradas y las actitudes se puede percibir una realidad que aparentemente se oculta cuando se contrapone con el lenguaje oral. Es decir, una persona puede aparentar seguridad por lo que expresa en sus palabras, sin embargo, la forma en que conversa, su mirada, gesticulaciones y demás atributos no verbales, denota todo lo contrario.
La tecnología cada vez se hace más presente en los procesos instruccionales. Un ejemplo de ello es la incorporación de la Realidad Aumentada en la capacitación para trabajadores que suelen manejar maquinaria muy compleja.
Los primeros intentos para tomar notas en forma electrónica, se remontan a fines de la década de los noventas con el lanzamiento del famoso PDA (Personal Digital Assistant) llamado Apple Newton.
Los humanos somos seres sumamente complejos; vivimos en sociedades donde la formas de pensamiento pueden originar coincidencias o ser radicalmente opuestas.